Ahora bien, ¿cómo se debería traducir el nombre de Dios en las versiones de la Biblia en español? Y relacionado con esta pregunta: ¿cómo sonaría hoy el nombre propio del Dios Soberano?
Para dar una respuesta objetiva a estas preguntas primero es necesario que conozcamos algunos datos.
Los manuscritos más antiguos de la Biblia hebrea de los que disponemos, como los hallados en Qumrán, están escritos solo con consonantes. Eran los lectores los que, al leer el texto, vocalizaban estas consonantes de acuerdo con su conocimiento del lenguaje y del contexto.
Aproximadamente entre los siglos sexto y décimo de nuestra era varias generaciones de copistas judíos, llamados masoretas (los transmisores de la tradición), al hacer copias de la Biblia hebrea le añadieron a este texto consonántico signos vocálicos, acentos y una serie de anotaciones para fijar lo que ellos entendían que era su correcta lectura. Es el llamado Texto Masorético.
El mejor manuscrito completo de la Biblia hebrea con el Texto Masorético es el Codex Leningradensis B 19a o Códice de Leningrado, copiado en el siglo undécimo de nuestra era (año 1008). Es el texto hebreo y arameo de este códice el que se imprime, junto con un abundante aparato crítico, en las ediciones científicas de la Biblia hebrea, tales como la Biblia Hebraica Stuttgartensia o la todavía sin completar Biblia Hebraica Quinta. Estas ediciones académicas son la base textual desde la que se traduce a los idiomas modernos en la actualidad.
El hecho es que el Códice de Leningrado añade signos vocálicos al Tetragrámaton para que se pueda leer, en diferentes lugares, Yehwáh, Yehwíh o Yehowáh. Como vimos arriba, también se podría transliterar Iehváh, Iehvíh o Iehováh.
Desde hace muchos años se ha generalizado entre los eruditos en hebreo bíblico la hipótesis de que los masoretas añadieron al Tetragrámaton las vocales correspondientes a las palabras hebreas ʼAdhonái (Señor Soberano) o ʼElohím (Dios), con la intención de que quien leyera el Tetragrámaton pronunciara estas palabras, y no el nombre propio de Dios. Según estos estudiosos, este sería el origen del nombre Jehová. Por esta y otras razones, algunos académicos prefieren usar la forma Yahvé (u otra parecida) para referirse a Dios en sus escritos, pero no existe unanimidad en esta práctica pues otros prefieren, por ejemplo, simplemente escribir las cuatro consonantes YHWH.
La realidad es que con los datos de los que disponemos en la actualidad es imposible afirmar categóricamente cómo se pronunciaba el nombre de Dios; puede haber sido Iahvéh, Iahweh, Iehová o de otra manera que ignoramos. Es más, aunque se hubieran conservado las verdaderas vocales que acompañaban al Tetragrámaton, nos hubiera sido imposible saber si la manera como nosotros pronunciáramos hoy día el nombre sagrado en español sonaba absolutamente igual a como lo pronunciaron Abrahán, Moisés o Malaquías en el pasado. Los idiomas cambian con el tiempo, así como la pronunciación de las palabras y letras. Y esto mismo, muy probablemente, ocurrió con el hebreo a lo largo de los muchos siglos de existencia de esta lengua.
Ahora bien, la función de un nombre propio aplicado a una persona es determinarla lingüisticamente, distinguirla del resto de personas. La Biblia está llena de nombres propios, que se traducen de una manera más o menos diferente a cada idioma moderno. Por ejemplo, el nombre del apóstol Santiago. En los manuscritos más antiguos del Nuevo Testamento su nombre se escribe en griego Ἰάκωβος. La transliteración de este nombre griego al castellano es Iakōbos, pero la inmensa mayoría de traducciones de la Biblia al español la vierten "Santiago", su equivalente en este idioma; en portugués se usa "Tiago", en rumano "Iacov", en inglés "James", en francés "Jacques", en italiano "Giacomo", en holandés "Jakobus" y así sucesivamente. Podemos notar con este ejemplo que no es lo mismo transliterar un nombre, que sería escribirlo en un alfabeto diferente al original pero de manera que suene lo más parecido posible a como sonaba en el alfabeto y lenguaje original, que traducirlo, es decir, verterlo de una manera conocida y usada corrientemente en el idioma receptor, sea que el sonido producido se parezca o no a la manera como suena en el lenguaje del que se traduce.
Posiblemente ni uno solo de los nombres hebreos, arameos o griegos de la Biblia se pronuncia en la actualidad de una manera exactamente igual a como era pronunciado al ser incluido en las Sagradas Escrituras. De la misma manera, en cada idioma moderno se ha generalizado un nombre propio con el que tradicionalmente se ha traducido el Tetragrámaton, aunque no se pueda asegurar que la manera como suena sea idéntica a como sonaba en los labios de los personajes de la Biblia.
Por ejemplo, a lo largo de los siglos en castellano se ha usado comúnmente un nombre que, con leves variaciones ortográficas, ha traducido el Tetragrámaton. Veamos algunos ejemplos:
Alrededor del año 1537 Juan de Valdés hizo una traducción del libro de Salmos desde el hebreo al castellano que quedó inédita hasta 1880, año en que Edward Boehmer la publicó en Bonn (Alemania). Por esta edición sabemos que Valdés usó el nombre de Dios vertido como Iehova, como podemos leer en el comentario que acompaña a esta obra:
Recordemos que Casiodoro de Reina no hizo su traducción para eruditos, sino para que fuera entendida hasta por la gente más sencilla. Por lo tanto, podemos deducir que el nombre propio con el que tradujo el Tetragrámaton, Iehoua, era conocido para sus lectores.
Pasando el tiempo, los sucesivos revisores de la obra de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera cambiarían el nombre Iehoua por Jehová como traducción del Tetragrámaton. Leamos como vierte Salmo 20:8 una edición de Reina-Valera publicada en Londres en 1861:
El sacerdote escolapio español Felipe Scío de San Miguel publicó entre 1790 y 1793 en Valencia una traducción al castellano de la Vulgata. En esta usó el nombre Iehováh para verter el Tetragrámaton, pero solo en las notas, no en el texto principal. Abajo pueden ver una imagen del comentario al Salmo 110:1 (109:1 en la Vulgata), según una edición de esta Biblia publicada en Madrid en 1808:
Otra traducción al español desde la Vulgata, publicada en Madrid entre 1823 y 1825 por el obispo católico español Félix Torres Amat, vierte el nombre propio de Dios por el Señor, pero en varios versículos introduce el nombre Jehovah en cursiva para determinar quien es el Señor al que se refiere. Veamos, por ejemplo, como traduce Salmo 100:3 (99:3 en la Vulgata), según una edición publicada en París en 1836:
En Las Escrituras del Nuevo Pacto, una traducción del griego al español del Nuevo Testamento publicada por la Unión Bíblica Americana (American Bible Union) en 1858, en una nota a Revelación 19:1 explicando el significado de la palabra Aleluya, se usa el nombre Jehová para referirse al Dios Verdadero de la Biblia:
La obra Nuevo Salterio de David, por el sacerdote y hebraísta Antonio María García Blanco (Madrid, 1869), una traducción de los Salmos del hebreo al español, vierte siempre el Tetragrámaton por Iohwah y en su pág. 29 hace el siguiente comentario sobre esta cuestión:
La obra El libro de Job, versión directa del hebreo por el obispo de León Francisco Javier Caminero (producida necesariamente antes de 1885 y conservada inédita hasta que fue publicada en 1923 por el jesuita Sandalio Diego), traduce el Tetragrámaton por Jehováh, como podemos notar en la imagen de Job 1:21:
El nombre Jehová se sigue usando en castellano hasta el día de hoy. No solo en traducciones de la Biblia o en publicaciones académicas, sino en los medios de comunicación y el habla popular. Por ejemplo, el 13 de abril de 2016 el periódico español ABC, en un artículo sobre el hallazgo de antiguas tablillas en la ciudad cananea de Arad, al sur de Israel, usaba Jehová para traducir el Tetragrámaton en una de las inscripciones en cerámica:
Hasta el conocido teólogo bautista español Máximo García Ruiz usa el nombre Jehová en su libro de poesía Entre la luz y las tinieblas (Hebel Ediciones, Santiago de Chile, 2017). Veamos un ejemplo en el poema titulado Jeremías en la pág. 37:
He citado solo unos pocos de la infinidad de ejemplos que existen del uso del nombre Jehová (o una forma similar) para la traducción del Tetragrámaton en español. Independientemente de que el nombre español Jehová suene o no igual a como se pronunciaba el nombre del Dios Altísimo en la antigüedad, el dato objetivo es que esta forma se ha estado usando desde hace por lo menos cinco siglos en el idioma castellano para verter el Tetragrámaton. Digamos que es una traducción, no una transliteración. De hecho, esta palabra española ha estado incluida en los mejores diccionarios de español desde hace siglos.
Por ejemplo, la 12ª edición del Diccionario de la lengua castellana por la Real Academia Española (Madrid, 1884) definía así Jehová:
Asimismo, la 22ª edición del mismo Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, publicada también en Madrid en el año 2001, definía así la palabra Jehová:
Es decir, hace casi 500 años en español era correcta, conocida y aceptada la forma Iehova para traducir el nombre de Dios.
En 1569 Casiodoro de Reina publicó en Basilea la llamada Biblia del Oso. En esta vertió el Tetragrámaton como Iehoua, como se puede apreciar en la lectura de Génesis 2:4 de esta Biblia:
En 1569 Casiodoro de Reina publicó en Basilea la llamada Biblia del Oso. En esta vertió el Tetragrámaton como Iehoua, como se puede apreciar en la lectura de Génesis 2:4 de esta Biblia:
Recordemos que Casiodoro de Reina no hizo su traducción para eruditos, sino para que fuera entendida hasta por la gente más sencilla. Por lo tanto, podemos deducir que el nombre propio con el que tradujo el Tetragrámaton, Iehoua, era conocido para sus lectores.
Pasando el tiempo, los sucesivos revisores de la obra de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera cambiarían el nombre Iehoua por Jehová como traducción del Tetragrámaton. Leamos como vierte Salmo 20:8 una edición de Reina-Valera publicada en Londres en 1861:
Juan de Enzinas, bajo el seudónimo de Juan le Quesne, publicó en 1606, probablemente en Ginebra, una traducción de los Salmos en la que también vertió el Tetragrámaton por Iehoua. Veamos como lo hace en el Salmo 9:7:
El sacerdote escolapio español Felipe Scío de San Miguel publicó entre 1790 y 1793 en Valencia una traducción al castellano de la Vulgata. En esta usó el nombre Iehováh para verter el Tetragrámaton, pero solo en las notas, no en el texto principal. Abajo pueden ver una imagen del comentario al Salmo 110:1 (109:1 en la Vulgata), según una edición de esta Biblia publicada en Madrid en 1808:
Otra traducción al español desde la Vulgata, publicada en Madrid entre 1823 y 1825 por el obispo católico español Félix Torres Amat, vierte el nombre propio de Dios por el Señor, pero en varios versículos introduce el nombre Jehovah en cursiva para determinar quien es el Señor al que se refiere. Veamos, por ejemplo, como traduce Salmo 100:3 (99:3 en la Vulgata), según una edición publicada en París en 1836:
En Las Escrituras del Nuevo Pacto, una traducción del griego al español del Nuevo Testamento publicada por la Unión Bíblica Americana (American Bible Union) en 1858, en una nota a Revelación 19:1 explicando el significado de la palabra Aleluya, se usa el nombre Jehová para referirse al Dios Verdadero de la Biblia:
Esta obra también usa el nombre Jehová en una nota a Mateo 26:2:
Y también en una nota a Lucas 1:13:
El hebraísta protestante español Luis de Usoz y Río publicó en 1868 su propia traducción al castellano del libro de Isaías desde el hebreo. En esta vertió el Tetragrámaton por Ioüá. Veamos como traduce esta obra Isaías 42:8:
En 1893 la Sociedad Bíblica Americana publicó la Versión Moderna, una traducción de la Biblia preparada por el pastor y misionero presbiteriano H. B. Pratt. Esta versión vertió uniformemente el Tetragramatón por Jehová a lo largo de todo el Antiguo Testamento.
En 1919 el pastor y misionero bautista Pablo Besson publicó en Buenos Aires (Argentina) la primera edición de su traducción del Nuevo Testamento, en el que usó dos veces el nombre Jehová en su texto para referirse al Dios Verdadero de la Biblia (en Lucas 2:15 y Judas 14). Abajo pueden ver la imagen de Lucas 2:15 en la edición de 1948 de esta obra:
La revisión de Reina-Valera llamada Reina-Valera Actualizada, publicada en 1989 por la Editorial Mundo Hispano (una editorial perteneciente a la confesión religiosa Convención Bautista del Sur), usó la forma Jehovah en todo el Antiguo Testamento para traducir el Tetragrámaton; también lo hizo así el Comentario Bíblico Mundo Hispano, de la misma editorial. En la pág. 71 del tomo de este comentario dedicado al libro bíblico de Éxodo (la 3ª edición, publicada en 2001) se explica lo siguiente sobre la validez de la traducción Jehovah:
En 1919 el pastor y misionero bautista Pablo Besson publicó en Buenos Aires (Argentina) la primera edición de su traducción del Nuevo Testamento, en el que usó dos veces el nombre Jehová en su texto para referirse al Dios Verdadero de la Biblia (en Lucas 2:15 y Judas 14). Abajo pueden ver la imagen de Lucas 2:15 en la edición de 1948 de esta obra:
El sacerdote católico chileno Guillermo Jünemann tradujo la Biblia al español desde la Versión de los Setenta en la década de los veinte del siglo pasado. El Antiguo Testamento de esta versión no se publicó hasta el año 1992. Jünemann usó Jehová en Éxodo 6:3 para referirse al nombre del Dios Todopoderoso:
El nombre Jehová se sigue usando en castellano hasta el día de hoy. No solo en traducciones de la Biblia o en publicaciones académicas, sino en los medios de comunicación y el habla popular. Por ejemplo, el 13 de abril de 2016 el periódico español ABC, en un artículo sobre el hallazgo de antiguas tablillas en la ciudad cananea de Arad, al sur de Israel, usaba Jehová para traducir el Tetragrámaton en una de las inscripciones en cerámica:
He citado solo unos pocos de la infinidad de ejemplos que existen del uso del nombre Jehová (o una forma similar) para la traducción del Tetragrámaton en español. Independientemente de que el nombre español Jehová suene o no igual a como se pronunciaba el nombre del Dios Altísimo en la antigüedad, el dato objetivo es que esta forma se ha estado usando desde hace por lo menos cinco siglos en el idioma castellano para verter el Tetragrámaton. Digamos que es una traducción, no una transliteración. De hecho, esta palabra española ha estado incluida en los mejores diccionarios de español desde hace siglos.
Por ejemplo, la 12ª edición del Diccionario de la lengua castellana por la Real Academia Española (Madrid, 1884) definía así Jehová:
Asimismo, la 22ª edición del mismo Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, publicada también en Madrid en el año 2001, definía así la palabra Jehová:
Como pueden comprobar, para la Real Academia Española la palabra Jehová es un nombre propio español (se alista en mayúscula), la traducción conocida, aceptada y común del nombre hebreo del Dios Todopoderoso a través de los siglos. Sin embargo, y esto es importante, la palabra Yahweh, en cualquiera de sus formas, no es considerada una palabra española, sino hebrea.
¿Sería correcto, entonces, usar la transliteración Yahvéh, en cualquiera de sus formas, para traducir el Tetragrámaton al español? ¿Cómo llego esta palabra a usarse en las Biblias españolas?
Como este artículo se me ha hecho muy largo, intentaré contestar a estas y a otras cuestiones en las próximas entradas de este blog tituladas:
¿Cómo llegó la transliteración Yahvé al español?
Los Testigos de Jehová y el uso del nombre de Dios
Como este artículo se me ha hecho muy largo, intentaré contestar a estas y a otras cuestiones en las próximas entradas de este blog tituladas:
¿Cómo llegó la transliteración Yahvé al español?
Los Testigos de Jehová y el uso del nombre de Dios
Gracias Señor José interesante artículo e investigación. Saludos. Cesar.
ResponderEliminarGracias, Don César, por su amable comentario.
EliminarUn saludo.
José Martínez
Agradezco desde lo más profundo de mi corazón está valiosa información, el esfuerzo, la claridad y la forma en que argumenta sus explicaciones. He hallado un verdadero tesoro que fortalece mi fe. Jehová te siga bendiciendo para beneficio de muchos. Atte Irene.
EliminarLe agradezco mucho, Irene, su amable comentario. Me alegra y anima saber que la información le es útil.
EliminarUn saludo.
José Martínez
Buenas noches Señor Martinez, gracias por realizar este blog y por la explicación que ha dado en el, en todo caso el que se aya agregado las vocales de Edonah o Adonay al tetragramaton, es entonces una hipótesis verdad, o esto esta probado en algún libro académico?, algunos afirman que Yahwéh se usaba antes solo que se perdio en la deportacion a Babilinia, hay algun argumento valido sobre ello o algo parecido? o solo es una opinion personal de algunas personas?, de antemano le agradezco por el esfuerzo que ha dado al hacer este blog, estare a la espera de su siguiente blog con respecto al nombre hebreo yahweh.
ResponderEliminarEstimado señor, gracias por su comentario y su pregunta. He leído bastante información sobre el tema de la colocación de las vocales de Elohim y Adonay al Tetragrámaton, y hasta ahora no hay pruebas que sean determinantes e incuestionables de esta práctica, sino que unos gramáticos citan a otros gramáticos o unos eruditos en hebreo citan a otros eruditos. Aunque no es mi intención entrar en debates interminables acerca de esta cuestión, en una próxima entrada espero aportar algunos argumentos en contra de tal hipótesis.
EliminarAsimismo, si algunos afirman que Yahwéh se usaba antes y que se perdió esta pronunciación en la deportación a Babilonia, son ellos los que deberían aportar las pruebas en las que se basan para tal afirmación. Personalmente, creo que se trata solo de una opinión personal derivada, me temo, de sus creencias religiosas. Ahora bien, si tienen pruebas, que las muestren, estaría encantado de leerlas.
En fin, espero que pueda seguir leyendo y participando en el blog.
Atte.
José Martínez
Un documental explica que se han hallado más prueba evidente de la pronunciación correcta es Ye-ho-wa. En español se le conocería como Jehová. Aquí el documental. En sí, gracias a la digitalización de los manuscriptos mundiales. https://www.youtube.com/watch?v=DxalSHC-U5I
ResponderEliminarGracias Don Yayo por su comentario y su enlace. Ya conocía el apoyo a la forma Ye-ho-wa de Nehemia Gordon y los judíos caraítas. En el vídeo que nos muestra, Nehemia Gordon habla de que el Tetragrámaton es vocalizado como Ye-ho-wa en más de mil manuscritos desde el año 895 de nuestra era. Pero esta prueba no es determinante. Aún no se puede asegurar de una manera absolutamente categórica que el Nombre de Dios fuese pronunciado así por los escritores de la Biblia.
EliminarAhora bien, sí es verdad que aporta argumentos que demuestran que esta forma puede ser la manera original en que se pronunciaba el Nombre de Dios, en contra de lo que algunos supuestos "eruditos" afirman.
De cualquier manera, el uso de la forma Jehová en español está totalmente justificada por el uso a través de los siglos y hasta el momento actual.
Un saludo.
José Martínez
Hola
EliminarPor qué dice Yehowa? La Y en vez de la J, y la W en vez de la v? Por qué esa diferencia? Gracias
Estimado lector/a, en otras ocasiones he respondido a esta pregunta. La respuesta es que se trata de diferentes maneras válidas de transliterar consonantes desde el alfabeto hebreo al latino. El Tetragrámaton hebreo, es decir, las cuatro consonantes hebreas que forman el nombre propio de Dios se pueden transliterar de una manera aceptable de varias maneras. Por ejemplo Ihwh o Jhwh o Yhwh o Ihvh o Yhvh o Jhvh. Así son las cosas.
EliminarPor ejemplo, La Biblia del Oso de Casiodoro de Reina lo vertió Iehoua, la Reina-Valera revisión del 1861 Jehova, la Reina-Valera Actualizada revisión del 1989 Jehovah, la traducción de André Chouraqui (Bélgica, 1985) lo hace IHVH, etc. Como notará, se han usado diferentes consonantes para transliterar las consonantes hebreas a latinas. Depende del idioma al que se esté traduciendo y de las decisiones del traductor o traductores.
Espero haber podido responder satisfactoriamente su pregunta.
Atte.
José Martínez
Excelente información
ResponderEliminarGracias por su amable comentario.
EliminarAtte.
José Martínez
Valiosísima investigación lo agradezco bastante, esto fortalece aún más mi fé en jehová. Y da gusto leer información que no sean prejuiciosas sino que se dirigen de forma muy respetuosa . Muchas gracias saludos y muchas bendiciones!!
ResponderEliminarHello
ResponderEliminarI wanted to share this research paper by Pavlos D Vasileiadis PhD from Aristotle University of Thessaloniki, Biblical Studies Department and Nehemia Gordon who holds a Masters Degree in Biblical Studies and a Bachelors Degree in Archaeology from the Hebrew University of Jerusalem. The paper called “Transmission of the Tetragrammaton in Judeo-Greek and Christian Sources"
https://drive.google.com/file/d/1k0DUA1dQGfbJAaQmIczNvZEoFKA0ui4M/view?usp=drivesdk
It's been a interesting read so far.
Buenas noches me agrada mucho su blog
ResponderEliminarGracias por su amable comentario.
EliminarAtte.
José Martínez
https://sociedadbiblicatrinitaria.org/por-que-es-correcto-el-nombre-jehova/amp/
ResponderEliminarHola José, por favor ayúdame con una inquietud. En uno de los argumentos sobre la pronunciación original del nombre Dios se suele decir que tampoco sabemos cómo se pronunciaban otros nombres de las Escrituras Hebreas, como Abraham, Elías, etc, y que de todas formas se los utiliza en las traducciones modernas de la Biblia. Igualmente en las Escrituras Griegas: se dice que no sabemos la pronunciación original del nombre de Jesús. Mi pregunta es la siguiente: ¿si el texto masorético tiene la puntuación de vocales correcta para todos esos nombres,por qué se dice que no sabemos la pronunciación original? ¿Si tenemos el nombre de Jesús en griego en el idioma original, con sus vocales griegas, por qué decimos que no sabemos cómo se pronunciaba? Porque entiendo que si se hubieran conservado las vocales correctas en el TM del tetragrámaton sabríamos la pronunciación original. ¿Estoy en lo correcto? Gracias por tu tiempo.
ResponderEliminarEstimado Sr. Mauricio, intentaré responderle lo mejor que sepa.
EliminarHablando de nombres como Abraham o Elías, la realidad es que estos nombres, tal y como los acabo de escribir, son el resultado de una adaptación a un determinado idioma, en este caso al español. En el hebreo actual estos nombres se pronuncian y suenan de manera diferente a como se pronuncian y suenan en español. Sin embargo, se usan en las traducciones de la Biblia al español de una manera que se pueda leer y entender. Esto es un hecho.
Los masoretas incluyeron la puntuación que entendían era la más adecuada de acuerdo a la tradición que habían recibido. Pero aun así, contando con las vocales colocadas por los masoretas, los nombres leídos en hebreo no suenan como en español. Así son las cosas. Por ejemplo, un anglohablante y un hispanohablante van a pronunciar de diferente manera el nombre español Pedro, aunque esté correctamente escrito en español, con sus vocales y todo.
Las vocales que acompañan al Tetragrámaton en el texto masorético no siempre son las mismas. Por ejemplo, el Códice de Leningrado B 19A, del siglo XI E.C., puntúa el Tetragrámaton para que lea Yehwáh, Yehwíh y Yeho·wáh en diferentes lugares.
Por otra parte, la edición de Ginsburg del texto masorético puntúa el nombre divino para que siempre lea Yeho·wáh.
Entonces, hasta el día de hoy no se puede afirmar categóricamente cómo se pronunciaba y sonaba el nombre propio de Dios en la época de Moisés, Jeremías o Malaquías. Cabe la posibilidad, mal que le pese a algunos, que se pronunciara Yehova, parecido a como hoy día suena en inglés "Jehovah". Ante esta situación, lo más razonable es usar la pronunciación más conocida del Tetragrámaton en los diferentes idiomas. En español, por ejemplo, se ha estado usando la forma Jehová por siglos, ¿para qué cambiarla por otra pronunciación que no dejaría de ser hipotética? Hacer esto sería perder amigo para ganar amigo, como dice el refrán de mi pueblo, es decir, no aportaría nada objetivo a esta cuestión. Lo importante es usar un nombre propio que sea entendible y familiar, que determine fácil y respetuosamente a la persona del Dios Todopoderoso.
No se complique la vida. Jehová Dios está dando a conocer su nombre por toda la tierra, y me refiero a algo mayor que al sonido de una simple palabra.
Espero haber podido responder a su pregunta. Cuídese.
Atte.
José Martínez
Interesante. Pero cómo se sentirá Dios al escuchar una variante distorsionada de su nombre? A mí me molesta cuando la gente pronuncie mal el nombre de mi esposa extranjera.
ResponderEliminarEstimado Sr., le agradezco que exprese su opinión. Pero me temo que usted está transfiriendo a Dios sus propios sentimientos ante la mala pronunciación del nombre de su esposa extranjera. Sin embargo son solo eso, los sentimientos personales de usted.
EliminarVerá, en la región donde yo vivo hay un gran número de extranjeros que han venido a vivir y trabajar aquí. Provienen de diversas culturas, pertenecen a diferentes etnias y hablan idiomas muy distintos al castellano, incluso con otros alfabetos. Cuando se han incorporado a un trabajo a veces a sus jefes y compañeros se les ha hecho difícil pronunciar o recordar sus nombres originales, por lo que se les ha acabado llamando con un equivalente en castellano, como Antonio, Juan, Daniel, etc. Pues bien, con ese nombre han logrado respeto en su ambiente de trabajo y en la localidad. Algunos hasta han progresado en su empleo o han montado su propia empresa con ese nombre "adaptado" a la cultura y al país en el que viven. Y de ninguna manera se sienten avergonzados o irritados por ello, pues se les trata con amistad y respeto. Se han hecho un buen nombre, sin ninguna duda.
Con respecto a la pronunciación exacta del Tetragrámaton, y como ya le escribí arriba, no se puede ser categórico. Uno podría estudiar todas las obras de gramática hebrea que se hayan publicado y seguirá sin conocer de una manera categórica, segura, exacta, sin error posible, la manera como Moisés o Malaquías pronunciaban el Tetragrámaton. Insistir hoy por hoy en este punto es simplemente absurdo. Si acaso su conciencia le obliga a usar un nombre "correcto", puede usar la abreviatura Yah, que es un digno nombre para referirnos al Dios Todopoderoso.
Espero que esta información le sea útil.
Atte.
José Martínez
Muy buena respuesta. Gracias. Tiene razón. Son mis sentimientos personales. La diferencia es que con un poco ensayar se puede pronunciar el nombre de mi esposa. Y se saben las vocales. Y no hay nombre equivalente en mi idioma. No es como en el ejemplo mencionado por usted (Antonio, Juan, Daniel). En inglés existe el nombre John, en español es Juan, en italiano Giovanni. Del nombre de mi esposa no hay adaptación a mi idioma. Entonces no queda otra opcion que usar ese nombre extranjero. Juan, John, Giovanni no son formas distorsionadas o si? Por qué se dice Juan cuando el nombre de la persona es John? A qué se debe eso? Es Jehová o Yahvé una forma distorsionada? Es raro. Algunos nombres se traducen (Tiago, Santiago, Jacobos, James, Giacomo), otros se transcriben o transliteran. Lo mismo pasa con los nombres de algunas ciudades. Siempre me sorprende que no siempre se utilice el nombre original de cierta ciudad. De algunas si, pero de muchas no.
ResponderEliminarEstimado Sr., algunos de los nombres que se usan con extranjeros no tienen nada que ver con el sentido o la pronunciación de su nombre original. Simplemente se dan un nombre español. En fin, siento mucho lo que le ocurre a su esposa.
EliminarAtte.
José Martínez
Gracias. No se preocupe por mi esposa. El asunto no es tan grave. Y a ella no le importa tanto. Solo me molesta un poquito porque es fácil aprender a pronunciar su nombre en el idioma del país. Muchas gracias por sus muy buenas explicaciones. Le estoy muy agradecido.
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