(2) Juan 1:18 A Dios ¿nadie le vio o le ha visto?

En la entrada anterior estuvimos comparando la manera como varias versiones de la Biblia traducen Juan 1:18. Pudimos comprobar que existen algunas diferencias entre la manera de verter este versículo. En esta y otras entradas intentaremos responder a la pregunta que planteamos: ¿cuál sería, entonces, la que ha vertido con más fidelidad este pasaje?

En esta ocasión nos vamos a centrar en la primera frase de Juan 1:18. Para ello, veamos primero este versículo en el Nuevo Testamento interlineal griego-español de Francisco Lacueva (Clie, Terrassa, 1984):





La primera frase es: "A Dios nadie ha visto nunca".  Examinemos las palabras griegas de las que se ha traducido:

Θεὸν es el acusativo singular masculino del sustantivo θεός. Aunque Θεὸν no lleva artículo aquí, es apropiado que se vierta con la española "Dios" con mayúscula. Hay buenas razones para ello, a saber:
1º. El prólogo del evangelio de Juan distingue a Dios de la palabra, señalando con claridad quién es el Dios que Jesús ha explicado.
2º. La palabra griega para Dios, Θεὸν, está colocada en una posición enfática en la frase.
3º. El contexto bíblico señala con claridad que es Jehová el Dios que ningún hombre puede ver y vivir (Éxodo 33:20).
4º. El mismo apóstol Juan, en 5:37 y 6:46, deja claro que con la palabra Θεὸν se refiere al padre de Jesucristo, Jehová.

Todas las traducciones de la Biblia que conozco coinciden en traducir en esta frase la palabra griega Θεὸν por "A Dios", con la palabra "Dios" con mayúscula inicial. La única excepción es la Nueva Biblia Española en su edición popular de 1986 en castellano peninsular, que vierte: "A la divinidad".


οὐδεὶς es un adjetivo en caso nominativo singular masculino. Su significado literal es nadie, ninguna persona. 


ἑώρακεν es la 3ª persona del singular tiempo perfecto indicativo en voz activa del verbo ὁράω, que significa ver.

La obra Introducción al griego bíblico (Editorial Vida, Miami, 2015; págs. 189-90) explica lo siguiente respecto a la traducción de esta forma verbal griega al español:




La mejor traducción en Juan 1:18 sería, entonces, la que ofrecen varias de las versiones copiadas en la entrada anterior: "ha visto", es decir, el pretérito perfecto compuesto español. 

Sin embargo, notamos que algunas versiones no siguen la norma gramatical actualizada en este caso, y vierten ἑώρακεν como "vio", es decir, el pretérito perfecto simple, una acción en pasado simple. Y además de despreciar la gramática, tampoco toman en cuenta el contexto bíblico, como por ejemplo 1 Juan 4:12. Así, por ejemplo, la Reina-Valera revisión del 1960 vierte en Juan 1:18 " A Dios nadie le vio jamás", pero en 1 Juan 4:12 "Nadie ha visto jamás a Dios". ¿Será que no siguen la mejor norma gramatical ni el contexto bíblico en Juan 1:18 para dar a entender que a Dios no se le "vio", en pasado, hasta que se vio a Jesús? ¿Será una sutil artimaña para apoyar la doctrina religiosa de la Trinidad?


πώποτε adverbio que en Juan 1:18 significa nunca, jamás.


Podemos concluir que la mejor traducción de la primera frase de Juan 1:18 es la que ofrece la lectura "ha visto". La traducción "vio" es tendenciosa y no sigue la mejor norma gramatical ni el contexto bíblico.

En una próxima entrada seguiremos analizando cuál es la mejor traducción al español de Juan 1:18.

Estos son los enlaces a entradas anteriores sobre Juan 1:18:

(1) Juan 1:18 Diferencias entre varias versiones al traducir este versículo

(3) Juan 1:18 ¿El unigénito Hijo o el dios unigénito?



(1) Juan 1:18 Diferencias entre varias versiones al traducir este versículo

Veamos cómo vierten Juan 1:18 algunas traducciones de la Biblia al español:

Reina-Valera revisión del 1960:

A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.

Nueva Versión Internacional:

A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer.

Nuestra sagrada Biblia por Evaristo Martín Nieto (San Pablo, Bogotá, 2009):
A Dios nadie lo vio jamás; el Hijo único, que está en el Padre, nos lo ha dado a conocer.

A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Sagrada Biblia por Pedro Franquesa y José María Solé (Editorial Regina, Barcelona, 1968):
A Dios nadie jamás le vio. El Unigénito de Dios, que está en el seno del Padre, él es quien lo ha dado a conocer.

Nuevo Testamento por Miguel Miguens (Madrid, 1971):
A Dios jamás nadie ha visto. Un Dios en cuanto Unigénito que en el seno está del Padre, él lo ha dado a conocer.

Nuevo Testamento por un equipo de profesores del CEHIBA (Editorial CEHIBA, Madrid, 1958):
A Dios nadie le vio jamás; un Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, nos le ha dado a conocer.

Nuevo Testamento por Benjamín Martín Sanchez (Apostolado Mariano, Sevilla, 1991):
A Dios nadie le ha visto jamás; el Dios, Hijo único, que está en el seno del Padre, ese es quien lo ha dado a conocer.

Nuevo Testamento, La Versión Latinoamericana en Castellano (Sociedad Bíblica Americana, Nueva York, 1953):
A Dios nadie le ha visto jamás; el Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien le ha dado a conocer.

Traducción del Nuevo Mundo revisión del 2019:
A Dios ningún ser humano lo ha visto jamás. El dios unigénito, que está junto al Padre, es el que nos ha explicado cómo es él.

Nuevo Testamento por Senén Vidal (Sal Terrae, Santander, 2015):
A Dios nadie lo ha visto nunca; el Unigénito divino, que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer.

Evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan con los Hechos de los Apóstoles y el Libro del Apocalipsis por Joan Francesc Mira (Edhasa, 2006):
A Dios no lo ha visto nunca nadie: su hijo único y divino, que está en el pecho del padre, es quien nos lo ha explicado.



Como podemos apreciar, existen algunas diferencias en la manera en que estas versiones han traducido este versículo. ¿Cuál sería, entonces, la que ha vertido con más fidelidad este pasaje? 

Será muy interesante buscar la respuesta a esta pregunta, analizando el por qué de estas diferencias, así como la evidente influencia de la teología previa de los traductores en varios casos. Pero esto será en una próxima entrada.

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