Hugues Oltramare explicando su traducción de Juan 1:1

Ya habíamos publicado en este blog un artículo sobre la figura de Hugues Oltramare. En este, habíamos visto un poco de su biografía y pensamiento. 

Sabemos que publicó en 1872 una traducción del Nuevo Testamento al francés utilizando como base el texto griego maestro de Tischendorf, aunque con notas a pie de página con las principales lecturas alternativas que ofrecía el Textus Receptus. En esta traducción, vertió así al francés el texto de Juan 1:1:



Así, vemos que tradujo la última parte de este versículo como "la Parole était dieu", que en español se leería "la Palabra era dios". 

Quizá podríamos preguntarnos: ¿Qué sentido quería transmitir Oltramare al colocar la segunda palabra dios en minúscula?

Pues bien, en este artículo veremos otro fragmento de la obra de Hugues Oltramare publicada en 1845, cuando solo era un joven pastor de la Iglesia Reformada Suiza en Ginebra (desde 1845), en el que explica el sentido de Juan 1:1. Esta obra, titulada Instruction Évangélique Sur Trois Questions: Qui Est Jésus-Christ? Qu'est-il Venu Faire? Que Faire Pour Être Sauvé? (París y Ginebra, 1845), en su pág. 27 comenta lo siguiente:



Esta es la traducción al español:
1  Juan 1:1 Al principio era la Palabra, la Palabra estaba junto a Dios y la Palabra era Dios. ― Cuando se lee así en francés, parece que la segunda palabra Dios es la misma que la primera; entonces, se dice: Vean, está escrito que la Palabra es Dios mismo. Y ahí está el error, ya que no es así en el original griego. El artículo griego, que falta en la segunda palabra Dios, nos indica que se trata de un nombre genérico y no de un nombre de individuo. Esto se indica mediante una minúscula de esta manera: Y la Palabra era dios. Y he aquí el sentido: Al principio, es decir, en el origen mismo de las cosas, existía la Palabra, ella estaba junto a Dios, el verdadero Dios, Jehová, ― en consecuencia, era distinto de Dios, Jehová, ― y la Palabra era dios, es decir, un Dios, un Ser Divino. Es en el mismo sentido, aunque en un grado inferior, como la Escritura llama a jueces (Éxodo 21:6; 1 Samuel 2:25; Salmo 82:6), a Moisés (Éxodo 4:16; 7:1), a los ángeles (Salmo 8:6; Génesis 31:11-13, etc.). Hemos visto que era en ese mismo sentido que Jesús no había rechazado ser calificado de Dios. Juan 10:22-40 (ver § 9, III). Así que este pasaje, lejos de contradecir lo que hemos enseñado hasta aquí es, al contrario, una confirmación.

¿A qué se refiere Oltramare con la referencia § 9, III en este comentario? Es otra parte de este mismo libro. Se encuentra en la pág. 18 y tampoco tiene desperdicio. En esta entrada solo voy a traducir un párrafo de esta sección, pero les animo encarecidamente a que, si conocen algo de francés, puedan leerla toda.



Esta sería la traducción:
III. Jesús-Cristo no fue dado jamás para ser el verdadero Dios, Jehová, el Padre; el siempre declaró, al contrario, que era el Hijo de Dios, el Hijo. Si no rechazó la designación de Dios, el no permitió que se la dieran sino en el sentido que se ha dado a otras personas, a saber, en el de un Dios, un ser divino. En efecto: 

A continuación de este párrafo, Oltramare pasa a comentar Juan 10:22-40, donde Jesús explica que la Escritura llama "dioses" a los jueces en Salmo 82:6.

Aún me impacta, cada vez que leo esta obra, como Oltramare, siendo un pastor evangélico de 31 años, ministrando a una iglesia en Ginebra, tuvo el valor de escribirla. ¡Y luego que se la publicaran! Oltramare amaba el nombre del único Dios verdadero, Jehová, como revela el gran número de veces que usa ese nombre.

Para mí es una prueba clara de que a lo largo de los siglos, siempre hubo personas valientes que defendieron con valor la Palabra de Dios y denunciaron las enseñanzas falsas de las iglesias. 

En otra ocasión espero poder compartir con ustedes otro fragmento de este extraordinario trabajo de Hugues Oltramare.



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