Juan 8:58 (4) ¿Traducen la Septuaginta y la Vulgata el nombre de Dios como Yo Soy?

¿Se traduce por las palabras "Yo soy" el nombre de Dios en la Versión de los Setenta o Septuaginta (LXX)? ¿Y en la Vulgata de Jerónimo?

Estas son las preguntas que vamos a tratar de responder a continuación. 

Comencemos por la LXX:

Esta es una imagen de Éxodo 3:14, con el griego de LXX (Deutsche Bibelgesellschaft, Stuttgart, 1979, electronic ed.) y el español de La Biblia griega - Septuaginta, I Pentateuco  (Sígueme, Salamanca, 2008) colocados de manera interlineal:


Veamos también este versículo en la versión que el sacerdote católico chileno Guillermo Jünemann  preparó en los años 20 del pasado siglo. Es una traducción desde la LXX al español que no fue publicada hasta 1992. Colocaré una imagen del texto y de la nota al pie referida al versículo 14:


Como podemos comprobar en estas traducciones de LXX, en la primera frase Dios explica su nombre como ᾿Εγώ εἰμι ὁ ὤν, que se puede traducir por Yo soy el que soyYo soy el que es, Yo soy el existente o Yo soy el ser. De cualquier forma, en este caso el pronombre personal está señalando al nombre propio que el mismo Dios pide a Moisés que comunique a los hijos de Israel, y que es Ὁ ὢν, es decir, "El que es", "El que existe". Este es el nombre de Dios que transmite LXX y no ἐγὼ εἰμί, "yo soy".

Para que podamos entenderlo, es como si alguien nos preguntara nuestro nombre y respondiéramos: ― "Yo soy José", y la persona entendiera que nuestro nombre es "Yo soy". Pero nuestro nombre propio, al que nos hemos referido con un pronombre personal y el verbo ser, es José.

Es muy interesante ver las diferentes traducciones al griego y al latín de la descripción del nombre de Dios en Éxodo 3:14 ’Eh·yéh ’Aschér ’Eh·yéh, según la obra Origenis Hexaplorum (Oxford, 1875) por Frederick Field:


Así, vemos que las versiones griegas de Áquila (Α) y de Teodoción (Θ), con un estilo de traducción más literal y apegado al hebreo que LXX, tradujeron la descripción del nombre de Dios por ἔσομαι ὃς ἔσομαι, que significa seré el que seré.

Podemos afirmar entonces que, en el griego de LXX, el nombre que Dios pide que Moisés transmita a los israelitas es Ὁ ὢν, El que es, y no ἐγὼ εἰμί, yo soy.

Y la descripción de su nombre según la LXX es γώ εἰμι ὁ ὤν, es decir, yo soy el que soy o yo soy el que es; y según las versiones griegas de Áquila y Teodoción es ἔσομαι ὃς ἔσομαι, que significa seré el que seré


Nos ocupamos ahora de la Vulgata de Jerónimo:

Veamos cómo tradujo Éxodo 3:14 desde el latín al español una versión muy literal, la Scio de San Miguel:


Como ya habíamos visto arriba, la Vulgata tradujo la descripción del nombre de Dios (’Eh·yéh ’Aschér ’Eh·yéh) con las palabras ego sum qui sum, es decir, yo soy el que soy. Pero aun Jerónimo vertió con las palabras qui est, el que es, el nombre que Jehová señala a Moisés que debe comunicar a los israelitas y no con ego sum que sería yo soy en latín.

Jesús no dice en Juan 8:58 "yo soy el que soy", simplemente usa las palabras "yo soy", una combinación muy corriente y normal en el griego antiguo, la LXX y el NT. En la entrada anterior pudimos comprobar que estas palabras se usan referidas a varios personajes en el NT, no solo a Jesucristo.

Llegados a este punto, surge la pregunta. ¿Cuál sería la mejor traducción de Juan 8:58?

Responderemos a esta pregunta en la próxima entrada:

Juan 8:58 (5) ¿Cuál es su mejor traducción al español?

Otras entradas tratando la mejor traducción de Juan 8:58 son las siguientes:

Juan 8:58 (1) Diferentes traducciones de ἐγὼ εἰμί (ego eimi) en este contexto


Juan 8:58 (3) ¿Es Yo Soy el nombre de Dios en hebreo?

No se puede afirmar que las palabras "Yo Soy" son la traducción del nombre de Dios desde el hebreo. Es verdad que la mayoría de las versiones de la Biblia usan la frase "YO SOY EL QUE SOY" y "YO SOY" para traducir el nombre de Dios en Éxodo 3:14, pero esta es una interpretación muy sesgada y tendenciosa del texto hebreo.

Veamos cómo explica la traducción del nombre de Dios desde el hebreo el traductor de la Biblia llamada Versión ModernaHenry Barrington Pratt, en su comentario Estudios críticos y aclaratorios sobre la Santa Escritura fundados en la Versión Moderna. Tomo II: El Éxodo (Nueva York, 1905; pág. 35):













Conocedores del hebreo, así tradujeron Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, en la Biblia del Oso y la Biblia del Cántaro, el significado del nombre de Dios en Éxodo 3:14:



La edición de 1861 de Reina-Valera, publicada en Londres, aún conserva esta lectura:



Lamentablemente, la revisión efectuada por Lorenzo Lucena y publicada en Oxford en 1862 cambió la traducción de Éxodo 3:14 que habían ofrecido Reina y Valera:


Como se puede comprobar, Lorenzo Lucena cambió "Yo seré el que seré" por "Yo soy el que soy". Y además añadió una referencia, con la letra k, a Juan 8:58, para relacionar ante los ojos del lector el "Yo soy" de Éxodo 3:14 con el de Juan 8:58, identificando a Jehová con Jesucristo. 

Ni Casiodoro de Reina ni Cipriano de Valera ni la edición de 1861 habían colocado una referencia cruzada a Juan 8:58 en el texto de Éxodo 3:14. Lorenzo Lucena introdujo su propia teología previa a la línea de revisiones de la Biblia a las que se les dan los nombres de Reina y de Valera, alterando el texto para vincular el nombre de Dios con los "yo soy" que se aplica Jesús a sí mismo en el evangelio de Juan. Si él era solo un revisor de la obra de Reina y Valera... ¿se puede calificar de ética su conducta en este caso?

Esta manera de actuar es la que han seguido los traductores que, de una forma premeditada, han alterado el significado literal del hebreo en Éxodo 3:14, vertiendo el significado del nombre de Dios como "Yo soy el que soy" y "Yo soy", con el propósito evidente de apoyar su teología trinitaria previa.

Incluso Henry Barrington Pratt, a pesar de su conocimiento, cayó en esta práctica en su Versión Moderna. Por lo menos, como hacen también otros traductores, tuvo el detalle de incluir una nota con la traducción literal desde el hebreo:


También es interesante ver cómo interpreta el nombre de Dios en Éxodo 3:13, 14 el Targum Pseudo-Jonatán, es decir, una versión de las paráfrasis arameas del texto hebreo, que se usaban en las sinagogas cuando los judíos adoptaron como lengua de uso corriente el arameo. La traducción al español del Targum que usaremos es la que ofrece la edición académica Biblia Polyglota Matritensia. Series IV. L. 2 Exodus (Consejo Superior de Investigaciones Científicas [CSIC], Madrid, 1980):


Este targum interpreta como causativa la descripción del nombre divino אֶהְיה אֲשׁר אֶהְיה (’Eh·yéh ’Aschér ’Eh·yéh) al verterla con una frase que menciona las acciones creativas de Dios y traduce el nombre por Yo Soy el que Soy y Será, con el significado que explicaba H. B. Pratt en su comentario citado arriba.

Por lo general los targumim reflejan el tipo de exégesis que se convirtió en oficial entre los judíos en la época en torno al año 150 e.c., pero que no deja de conservar huellas de interpretaciones de épocas anteriores.

Así, podemos constatar que el nombre de Dios traducido del hebreo no es "Yo soy", sino que estas palabras son una tendenciosa interpretación del hebreo para apoyar la teología previa de los traductores, revisores o editores de muchas versiones de la Biblia. Y tampoco la Versión de los Setenta ni la Vulgata traducen el nombre de Dios como "Yo Soy". Pero esto lo analizaremos en la próxima entrada:


Juan 8:58 (4) ¿Traducen la Septuaginta y la Vulgata el nombre de Dios como Yo Soy?

Estas entradas del blog también tocan este tema:



Juan 8:58 (5) ¿Cuál es su mejor traducción al español?

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Bibliografía:







Juan 8:58 (2) ¿El que Jesús se aplique las palabras "yo soy" le hace eterno y le identifica con Dios?

En la entrada anterior comprobamos que en muchas traducciones de Juan 8:58 al español leemos que Jesús dice de sí mismo "yo soy"; algunas versiones hasta ponían en  mayúscula estas palabras, como si fueran un nombre propio. Examinamos dos comentarios que daban una explicación para esta opción de traducción. 

Sin embargo, también pudimos ver que otras versiones no incluían las palabras "yo soy" en su traducción. Esto nos llevó a hacernos las siguientes preguntas:

¿Serán ciertas las conclusiones a las que llegan los comentarios citados?
¿Se identifica Jesús con Dios al decir "yo soy"? 
¿Es "Yo Soy" el nombre de Dios? 
¿Cuál sería la mejor traducción de este versículo al español?

En esta entrada intentaremos responder a la primera:

¿Serán ciertas las conclusiones a las que llegan los comentarios citados en la entrada anterior?

Básicamente, las conclusiones eran las siguientes:
Que Jesús diga de sí mismo "yo soy" indica que es eterno.
Las palabras "yo soy", que Cristo se aplica aquí a sí mismo, son las mismas con las que Jehová se identificó a Moisés en Éxodo 3:14. Por lo tanto, Jesucristo y Jehová son el mismo.

Para responder a estas cuestiones, veamos el texto interlineal griego-español de este versículo. El texto griego es el Nestle-Aland 28ª edición  (NA28), y el español el que ofrece el Nuevo Testamento interlineal palabra por palabra.


Las palabras "yo soy" se traducen de las griegas ἐγὼ εἰμί. Ἐγὼ es el pronombre personal en nominativo de la primera persona del singular y significa simple y llanamente yo. Εἰμί es la primera persona del singular del presente de indicativo del verbo εἰμί y significa sencillamente soy.

La combinación ἐγὼ εἰμί (yo soy) es muy corriente tanto en la Versión de los Setenta (LXX) como en el texto griego del NT, donde aparece unas 48 veces. 

Entonces, ¿será cierta la afirmación de que cuando Jesús dice "yo soy" en Juan 8:58 está dando a entender que él es eterno e identificándose con Dios?

En mi humilde opinión, esa conclusión es totalmente absurda. Si esta fuera cierta, habría otros personajes eternos e idénticos a Dios en el NT, pues también ellos se aplican las palabras ἐγὼ εἰμί (yo soy). Veamos tres ejemplos:

1º. El ciego al que Jesús dio la vista dijo lo siguiente (he colocado las palabras que quiero destacar en negritas):
Juan 9:9 (RV60): Unos decían: Él es; y otros: A él se parece. Él decía: Yo soy.

Habría que deducir entonces que el ciego es eterno, pues se aplicó a sí mismo las palabras "yo soy". Y, supuestamente, también se estaría identificando con Dios, según la interpretación de algunas versiones y de los comentarios que examinamos en la entrada anterior. Además tengamos en cuenta que Juan 9:9 está situado en el mismo contexto que Juan 8:58; solo 8 versículos les separan.


2º. También el apóstol Pedro se aplicó a sí mismo las palabras "yo soy":
Hechos 10:21 (RV60): Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?

Entonces, según la exégesis de estas versiones y comentarios... ¿es Pedro eterno? ¿Se está identificando con Dios?


3º. Asimismo, el apóstol Pablo se aplicó las palabras "yo soy":
Hechos 26:29 (RV60): Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas! 

¿Es Pablo eterno porque se aplica a sí mismo las palabras "yo soy"? ¿Se está identificando con Dios?

Este es otro lamentable ejemplo de la clase de "exégesis" que aplican muchos de los eruditos de la cristiandad. Sin tener en cuenta para nada el contexto de la frase, del evangelio de Juan y del resto de la Biblia, ofrecen una interpretación tendenciosa que apoye su propia ideología, en este caso intentando probar que Jesucristo es el mismo Jehová.

Las siguientes entradas continúan con este tema:

Juan 8:58 (3) ¿Es Yo Soy el nombre de Dios en hebreo?

Juan 8:58 (4) ¿Traducen la Septuaginta y la Vulgata el nombre de Dios como Yo Soy?

Juan 8:58 (5) ¿Cuál es su mejor traducción al español?



Juan 8:58 (1) Diferentes traducciones de ἐγὼ εἰμί (ego eimi) en este contexto

Veamos como vierten Juan 8:58 algunas traducciones de la Biblia al español:

Reina-Valera revisada en 1960:

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.

Ciertamente les aseguro que, antes de que Abraham naciera, ¡yo soy!

Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy.

Sinopsis de los Cuatro Evangelios. Edición Bilingüe Greco-Española por Antonio Vargas-Machuca (Sociedad Bíblica / Sociedades Bíblicas Unidas, Madrid, 2007):
Jesús les respondió: "En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, Yo Soy".

Biblia de Jerusalén edición de 2009:
Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo que antes de que Abrahán existiera, Yo Soy.»

El libro del Pueblo de Dios. La Biblia
Jesús respondió: «Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy».

Podemos observar que estas versiones (y otras muchas) traducen de manera muy literal Jn 8:58. En ellas se resalta que Jesucristo dice de sí mismo "yo soy" e incluso algunas de ellas colocan estas palabras con mayúscula, como si se tratara de un nombre propio.

¿Cuál es la razón exegética para verter así este texto?

Veamos cómo comenta esta cuestión la obra 
Comentario para Exégesis y Traducción: Evangelio de Juan por Hugo Zorrilla y Daniel Chiquete (Sociedades Bíblicas Unidas, 2008). Los editores de esta obra fueron Edesio Sánchez y Esteban Voth:



Observamos que este comentario afirma que el que Jesús diga aquí "yo soy" le identifica con Dios, evocando el nombre divino de Dios en Éxodo 3:14.

Asimismo, el Comentario Bíblico Mundo Hispano. Tomo 17: Juan (Editorial Mundo Hispano, 2005; págs. 208-9), editado por Juan Carlos Cevallos y Rubén O. Zorzoli, ofrece la traducción de la Reina-Valera Actualizada de Jn 8:58 y una nota al pie:


Y comenta lo siguiente:


En este comentario se afirma, entonces, que "el Yo Soy incluye el pronombre personal enfático y ese verbo que expresa el “Ser eterno” sin principio ni fin" y que son "las mismas palabras con que Jehová se identificó con Moisés."

Otros académicos bíblicos y profesores, tanto evangélicos como católicos, así como muchos sacerdotes y pastores comparten los puntos expuestos arriba sobre la interpretación de Jn 8:58. Resumidos, son los siguientes:

Que Jesús diga de sí "yo soy" indica que es eterno.
Las palabras "yo soy", que Cristo se aplica aquí a sí mismo, son las mismas con las que Jehová se identificó a Moisés en Éxodo 3:14. Por lo tanto, Jesucristo y Jehová son el mismo.

Esta interpretación de Jn 8:58 probaría que Jesucristo se identificó con Dios, que él es Jehová mismo y daría apoyo al dogma de la Trinidad y a las creencias del Pentecostalismo Unicitario.


Sin embargo, Jn 8:58 se puede verter correctamente de una manera menos literal, como admite arriba el 
Comentario para Exégesis y Traducción. Y así lo hacen otras eruditas traducciones de la Biblia, como por ejemplo las siguientes: 

Nácar-Colunga (BAC, Madrid, 1ª edición 1944):



Dios Habla Hoy:
Jesús les contestó: —Les aseguro que yo existo desde antes que existiera Abraham.

Biblia La Palabra:
Jesús les respondió: — Os aseguro que antes de que Abrahán naciera, existo yo.

Traducción en lenguaje actual:
Jesús les dijo: —Les aseguro que mucho antes de que naciera Abraham ya existía yo.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Luis Alonso Schökel y un equipo de colaboradores):
Jesús les dijo: —Les aseguro, antes de que existiera Abrahán, existo yo.

Jesús les dijo: “Muy verdaderamente les digo: Antes que Abrahán llegara a existir, yo he sido”.


Ante estas diferentes lecturas de Jn 8:58 surgen algunas preguntas: ¿Serán ciertas las conclusiones a las que llegan los comentarios citados arriba? ¿Se identifica Jesús con Dios al decir "yo soy"? ¿Es "Yo Soy" el nombre de Dios? ¿Cuál sería la mejor traducción de este versículo al español?

Intentaremos responder objetivamente a estas cuestiones en las siguientes entradas de este blog:


Juan 8:58 (2) ¿El que Jesús se aplique las palabras "yo soy" le hace eterno y le identifica con Dios?

Juan 8:58 (3) ¿Es Yo Soy el nombre de Dios en hebreo?




Σταυρός (staurós) ¿Cruz o madero de tormento? ¿Cuál es la mejor traducción al español?

La inmensa mayoría de las traducciones al español que conozco usan la palabra española cruz para referirse al instrumento de ejecución donde murió Jesucristo. Sin embargo, la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras revisión del 2019 (Testigos Cristianos de Jehová, abreviada TNM) usa las palabras madero de tormento.

Hay quienes critican esta última traducción. Quizá piensan que al no usar la palabra tradicional se está negando de alguna manera el sacrificio expiatorio o redentor de Jesús. Pueden estar tranquilos los críticos: sea que se use la palabra cruz o madero de tormento, el hecho es el mismo, que Jesucristo entregó su vida como rescate por la humanidad.

Ahora bien, ¿cuál de estas dos opciones de traducción es la más exacta? A esta pregunta vamos a intentar dar una respuesta objetiva a lo largo de esta entrada.

La primera referencia en los evangelios a cruz o madero de tormento se halla en Mateo 10:38, cuando Jesús les da instrucciones a sus doce discípulos para enviarlos a predicar a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces les dice (tomo la cita de TNM):

Y el que no acepta su madero de tormento y me sigue no es digno de mí.
La palabra que se ha vertido madero de tormento es staurós (σταυρός, Strong 4716) y también la encontramos en los siguientes lugares del NT: Mateo 16:24; 27:32, 40, 42; Marcos 8:34; 15:21, 30, 32; Lucas 9:23; 14:27; 23:26; Juan 19:17, 19, 25, 31; 1 Corintios 1:17, 18; Gálatas 5:11; 6:12, 14; Efesios 2:16; Filipenses 2:8; 3:18; Colosenses 1:20; 2:14; Hebreos 12:2.

El verbo correspondiente, stauróo (σταυρόω, Strong 4717) fijar o clavar a un madero de tormento, se encuentra en los siguientes lugares: Mateo 20:19; 23:34; 26:2; 27:22, 23, 26, 31, 35, 38; 28:5; Marcos 15:13, 14, 15, 20, 24, 25, 27; 16:6; Lucas 23:21(×2), 23, 33; 24:7, 20; Juan 19:6(×3), 10, 15(×2), 16, 18, 20, 23, 41; Hechos 2:36; 4:10; 1 Corintios 1:13, 23; 2:2, 8; 2 Corintios 13:4; Gálatas 3:1; 5:24; 6:14; Apocalipsis 11:8.

La Nueva concordancia Strong exhaustiva (Caribe, Miami, 2002) define así el nombre staurós y el verbo stauróo:

El Diccionario del griego bíblico. Setenta y Nuevo Testamento por Amador Ángel García Santos (Editorial Verbo Divino, Estella, 2ª edición 2016) detalla así las diversas acepciones de staurós y stauróo:



El Diccionario exegético del Nuevo Testamento, II editado por Horst Balz y Gerhard Schneider (Ediciones Sígueme, Salamanca, 2002; pág. 1477) describe así el significado de staurós:



El Diccionario manual griego-español (Vox, Barcelona, 18ª edición, reimpresión de julio de 1999) define así estas palabras:



Esta es la definición de staurós en el Diccionario griego-español preparado por Florencio I. Sebastián Yarza (Editorial Ramón Sopena, Barcelona, 1999, reimpresión 2002):



El Diccionario ilustrado de la Biblia (Caribe, Miami, 1977) define así las palabras Cruz, Crucifixión:



El Compendio del Diccionario Teológico del Nuevo Testamento (Libros Desafío, 2002) define así la palabra griega staurós (σταυρός):














El Diccionario griego-español por Miguel Balagué (Compañía Bibliográfica Española S. A., Madrid, 7ª edición 1968) define así la palabra staurós:




No hay dudas, pues, del significado académico de las palabras griegas staurós y stauróo. Podemos afirmar entonces que la traducción que ofrece TNM es erudita, exacta y precisa. ¿Por qué las demás traducciones usan las palabras cruz y crucificar?

La respuesta, otra vez, hay que buscarla en la tradición recibida de la Vulgata de Jerónimo. Cuando este traductor encontró la palabra staurós en el texto griego del NT, naturalmente entendió a lo que se refería: al método de tortura y ejecución que habían usado los soldados romanos contra Jesús. ¿Cómo tradujo staurós? Pues por su palabra equivalente en latín: crux.

Ahora bien, la palabra latina crux no tiene idéntico valor semántico o significado que la española cruz. La más conocida acepción actual de la palabra española cruz en un contexto religioso sería la que ofrece el DLE:
Patíbulo formado por un madero hincado verticalmente y atravesado en su parte superior por otro más corto, en los cuales se clavaban o sujetaban las manos y pies de los condenados a este suplicio.

Es decir, la típica imagen de la "cruz de Cristo" transmitida en obras de arte desde hace muchos siglos, como este "Cristo crucificado" pintado por Velázquez en 1632:



Sin embargo, la palabra latina crux tenía un significado más amplio que la española cruz. Por ejemplo, el Oxford Latin Dictionary editado por P. G. W. Glare (Oxford at The Clarendon Press, 1982, reprinted 1983; pág. 463), uno los mejores diccionarios latín-inglés disponibles, define así esta palabra:


En español la definición dice:
1  Cualquier estructura de madera en la cual los criminales eran expuestos a muerte, una cruz (sts. también, una estaca para empalar). b (en varias frases denota crucifixión o empalamiento; ver también crvcifigo).

Veamos también la definición del sustantivo crux según el Nuevo diccionario etimológico Latín-Español y de las voces derivadas por Santiago Segura Munguía (Universidad de Deusto, Bilbao, 3ª edición 2006; pág. 180):


Es muy interesante constatar que el diccionario del Dr. Segura Munguía, uno de los mejores diccionarios académicos latín-español disponibles, ofrece como una de las acepciones de crux las palabras "palo del tormento", sinónimas de las usadas por TNM para traducir staurós: "madero de tormento".

Se puede afirmar entonces que en el latín de los primeros siglos de nuestra era, la palabra crux se refería a cualquier instrumento de madera en el que se torturaba o ejecutaba a alguien, sin definir con exactitud su forma concreta. Podía referirse a un simple tronco de árbol o a un palo o madero de tormento. 

La realidad es que no sabemos cual era la forma exacta del staurós o crux donde Jesucristo fue ejecutado. El periódico de Murcia La Verdad del 17-04-2014, en sus págs. 57 a 59, publicó un interesante artículo sobre esta cuestión. Este presentó dibujos con algunas formas posibles de la crux en el s. I:


Dicho artículo también indicó que había varias teorías sobre la manera como habían clavado las manos de Cristo al madero:


El artículo incluye una foto de una verdadera evidencia arqueológica de cómo se efectuaban las ejecuciones en el stauróscrux en esa época. Se trata del tobillo atravesado por un clavo que apareció en un osario de Jerusalén en 1968. Se describe este hallazgo en un ensayo de R. D. Barnett titulado La Biblia y la arqueología, publicado en la pág. LXXXIX de la edición de 1979 de la Sagrada Biblia por Francisco Cantera y Manuel Iglesias (BAC, Madrid, 1979). Pueden leerlo a partir de la 5ª línea:



Y esta es la foto que se puede ver en el artículo de La Verdad del hallazgo descrito arriba:


Apoyan también esta forma de clavar al madero dos recientes hallazgos arqueológicos. Por un lado,  el descubrimiento en el norte de Italia del esqueleto de una persona en el que se aprecia una lesión circular y transversal en su calcáneo (hueso del talón), compatible con el tobillo atravesado por un clavo mencionado arriba (El País, edición digital del 30 de mayo del 2018Archaeological and Anthropological Sciences, edición digital del 12 de abril del 2018). Y por otro, el esqueleto de un hombre hallado en un pequeño cementerio de época romana junto a la carretera al sur de la localidad de Fenstanton, condado de Cambridgeshire, en el sureste de Inglaterra. Se descubrió en este cuerpo un clavo que atravesaba horizontalmente el hueso calcáneo (el talón) del pie derecho. Pueden hallar más información en el siguiente artículo del periódico español El País del 10 de diciembre del 2021. También en el periódico digital Infobae del 17 de diciembre del 2021.

Es curioso que esta manera de clavar al reo al madero de tormento sea la menos conocida, cuando se trata de la única de la que hay pruebas evidentes y palpables. 

Podemos concluir, entonces, que nadie sabe con absoluta seguridad la forma del madero de tormento en el que Jesús entregó su vida por la humanidad. Pero que es posible, por los restos arqueológicos reseñados arriba, que Jesucristo hubiera sido fijado a un staurós o crux simplex, es decir, un simple madero palo hincado en el suelo, y que le hubieran clavado las dos manos con uno o dos clavos, y los pies, uno a cada lado del madero, con sendos clavos.



La TNM da a staurós el significado más literal, el de un palo o madero de tormento en el que se fija o clava el reo. Su traducción es precisa y en armonía con lo que se sabe sobre las ejecuciones del primer siglo de nuestra era. De esta manera también se evita usar la palabra española cruz que, con el paso de los siglos, ha llegado ha tener en castellano un significado ligado a imágenes y símbolos religiosos usados en algunas religiones no cristianas y también en ciertas denominaciones de la cristiandad. 

Así explicó esta cuestión el helenista W. E. Vine en la definición del nombre staurós del Diccionario Expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (Caribe, 1999, impresión 5/2001; en la 1ª columna, pág. 220 del Diccionario Expositivo de palabras del Nuevo Testamento): 


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