Juan 1:1 y la erudición evangélica o protestante

Tradicionalmente la última frase de Juan 1:1 se ha traducido “la Palabra [o el Verbo] era Dios” en la gran mayoría de las versiones de la Biblia. Pero hay excepciones, como por ejemplo la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, publicada por los testigos cristianos de Jehová, que traduce “la Palabra era un dios”; la revisión del 2019 incluye una nota con la traducción alternativa "era divina". Esta versión ha sido muy criticada, afirmándose que se hizo deliberadamente para apoyar las enseñanzas de los testigos de Jehová.

Sin embargo, cuando uno investiga en las obras de referencia evangélicas puede notar que esta acusación carece de fundamento (para ver la postura de una parte considerable de la flor y nata de la erudición católica vean mi anterior entrada Juan 1:1 y la erudición católica).

Pasemos a hacer un sencillo estudio de la cuestión (recuerden que los autores que voy a citar son de confesión evangélica y se supone que creen y enseñan el dogma de la Trinidad).

Cuando un evangélico hispanohablante corriente lee en su Biblia, la Reina-Valera, que “el Verbo era Dios”, ¿qué es lo que entiende? Pues sencillamente lo que allí dice en español: que el Verbo, es decir, Jesucristo, es Dios, que son el mismo, la misma persona.

Pero incluso los eruditos evangélicos que defienden la traducción tradicional de Juan 1:1 saben que eso no es lo que significa esta frase en griego (para conocer lo que enseña la gramática griega en este caso, les animo a ver la entrada de este blog titulada Juan 1:1, la regla de Colwell y la gramática griega).

Por ejemplo, la obra El griego del Nuevo Testamento.Tomo I. Escritos Juaninos por Enrique Martorell(Editorial Clie, Terrassa, 1998, pág. 40), comenta lo siguiente a Juan 1:2:
Debemos notar en esta frase que la palabra «Dios» lleva artículo ―τον θεον―, asimismo lo lleva en la segunda oración, donde se habla de Dios como el absoluto. En la tercera «Dios era la Palabra» el artículo se suprime, porque Dios ―θεος― describe la naturaleza de la Palabra y no identifica su persona.
Un número considerable de teólogos católicos o evangélicos estarían de acuerdo con este comentario del Dr. Martorell, indicando que la Palabra no se identifica con Dios en Juan 1:1c, sino que solo se señala su naturaleza.

Recordemos que el que la Palabra comparta la naturaleza de su Padre, Jehová, no le hace miembro de una "trinidad", así como tampoco lo son los cristianos ungidos por espíritu que son adoptados como hijos de Dios y "participantes de la naturaleza divina" (2 Pedro 1:4 RV60).


William Barclay2, en su Comentario al Nuevo Testamento. Volumen 5. Juan I (Editorial Clie, Terrassa, 1995, págs., 53 y 54) explica el significado de la última frase de Juan 1:1 (cursivas del autor):
(iii) Por último, Juan nos dice que la Palabra era Dios. Este es un dicho difícil de entender para nosotros; y es difícil porque el griego, la lengua en que escribió Juan, tiene una manera de decir las cosas que es diferente del español. Cuando se usa un nombre en griego, casi siempre se le antepone el artículo determinado. La palabra para Dios es theós, y el artículo determinado correspondiente es ho. Cuando se habla de Dios en griego, no se usa solamente theós, sino ho theós. Ahora bien, cuando no se usa el artículo determinado con un nombre, ese nombre se usa como adjetivo. Juan no dijo que la Palabra era ho theós, lo que habría querido decir que la Palabra era el mismo que Dios. Dijo que la Palabra era theós―sin artículo definido―, lo que quiere decir que la Palabra era, podríamos decir, del mismo carácter y cualidad y esencia y ser que Dios. Cuando Juan dijo que la Palabra era Dios, no estaba diciendo que Jesús es el mismo que Dios, sino que Jesús es lo mismo que Dios. De dos personas íntimamente compenetradas se dice que piensan y sienten lo mismo de tal manera que, si se conoce a una, es como si se conociera a la otra. Jesús está tan íntima y totalmente identificado con Dios en pensamientos, sentimientos y carácter que, conociéndole a Él, conocemos perfectamente a Dios.

Esta explicación de Barclay está de acuerdo con la Biblia, ya que en esta se enseña que Jesucristo es la "imagen del Dios invisible" (Col 1:5 RV60) y que "no puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre" (Jn 5:19 RV60).

William Barclay publicó su propia traducción del Nuevo Testamento en 1968, vertiendo Juan 1:1 de la siguiente manera (el subrayado es mío):


Como podemos comprobar, trasladó la frase que estamos analizando como: "the nature of the Word was the same as the nature of God", que en español significa: "la naturaleza de la Palabra era la misma que la naturaleza de Dios".


Pero seamos honestos y reconozcamos que la inmensa mayoría de lectores de la Biblia en español no están al tanto de estas sutilezas gramaticales y teológicas. Como escribí arriba, cuando ellos leen en español “el Verbo era Dios” entienden eso: que Jesús, el Verbo, es Dios, sin más matices. (Por cierto, ¿tendrá algo que ver esta cuestión con el nacimiento y masivo aumento de las iglesias unicitarias en EE.UU, Latinoamérica, España, etc.?)

Quizá por esta razón hay estudiosos evangélicos que, aunque rechazan la traducción literal "la Palabra era un dios", ofrecen otras traducciones alternativas para expresar el significado de esta frase. Veamos algunos ejemplos:

En el Comentario Bíblico Mundo Hispano. Juan, (Editorial Mundo Hispano, El Paso, 2005, pág. 55) el expositor, James Bartley3, hablando sobre la regla para traducir Juan 1:1 que le enseñó su profesor de griego, comenta lo siguiente:


Es muy interesante notar que Bartley enseña que se puede expresar el concepto de que el Verbo sea "de la naturaleza de Dios" con la frase "el Verbo era divino". Básicamente, el significado de "el Verbo era divino" y "la Palabra era un dios" es el mismo. Nos estamos refiriendo a una persona, un ser divino distinto de Dios, que estaba con él y que compartía su naturaleza, su modo de ser, sus cualidades, es decir, que era "un dios", "un ser divino" en el sentido bíblico del término (ver la entrada de este blog Juan 1:1 ¿Es politeísmo traducir "la Palabra era un dios"?).


Asimismo, la obra Clave lingüística del Nuevo Testamento griego, preparada por el Instituto Superior Evangélico De Estudios Teológicos (ISEDET) y publicada por la Asociación Ediciones La Aurora en Buenos Aires (Argentina) en el año 1986, ofrece el siguiente comentario lingüístico a la palabra θεὸς en Juan 1:1:


Como podemos leer, esta prestigiosa obra evangélica señala que la traducción correcta de la frase de Juan 1:1 que analizamos debería ser "la palabra era divina".


También el Comentario para exégesis y traducción. Evangelio de Juan, por Hugo Zorrillay Daniel Chiquete(Sociedades Bíblicas Unidas, Miami, 2008, pág. 20) ofrece diferentes opciones de traducción de Juan 1:1c:


Es revelador notar que esta obra, para justificar que no se debe traducir "un Dios era el Verbo" ni "el Verbo era un Dios", aplica mal la llamada "regla de Colwell", afirmando que "cuando el predicado está antes del verbo no lleva artículo", lo cual es falso. Pueden leer una explicación de la gramática de este versículo griego en la entrada de este blog titulada: Juan 1:1, la regla de Colwell y la gramática griega.

El Comentario para exégesis y traducción. Evangelio de Juan ha sido producido para ayudar y servir como guía a los traductores de las Sociedades Bíblicas Unidas y a los predicadores en las iglesias. 


La verdad es que son muy pocas las obras evangélicas producidas originalmente en español que ofrezcan una traducción de Juan 1:1 diferente de la tradicional que leemos en Reina-Valera 1960. Si lo hicieran, se expondrían a ser dura y agriamente criticadas desde la inmensa mayoría de ministerios y púlpitos de las iglesias evangélicas hispanohablantes.    

Sin embargo, en otros idiomas como el inglés, el francés o el alemán son numerosas las obras de autores evangélicos que ofrecen traducciones de Juan 1:1c diferentes a la tradicional. Pondré solo algunos ejemplos de obras de las que dispongo en mi biblioteca:

Le Nouveau Testament por Hugues Oltramare (esta obra fue publicada por primera vez en 1872 por la Société Biblique Protestante de Paris; yo dispongo de la edición de 1896):

A New Translation of The Bible por James Moffatt (el ejemplar que poseo fue publicado en 1950, aunque la primera edición de esta obra es de 1913):

“the Logos was divine” [el Logos era divino]

The Bible. An American Translation por Edgard J. Goodspeed (la edición que poseo de esta obra es de 1951, pero la primera se publicó en 1923):

“the Word was divine” [la Palabra era divina]

La Bible du Centenaire. Tome IV. Le Nouveau Testament (publicada por la Société Biblique Protestante de Paris en 1928). Esta obra fue traducida por un grupo de eruditos y profesores francófonos; de la traducción del evangelio de Juan se ocupó Maurice Goguel.

“le Verbe était un être divin” [el Verbo era un ser divino]


The New English Bible por un comité para la traducción del NT dirigido por Charles Harold Dodd (dispongo en mi biblioteca del NT de esta obra que se publicó por primera vez en 1961 y la Biblia completa publicada en 1970):
“and what God was, the Word was” [y lo que Dios era, la Palabra era]

The Translator´s New Testament, por un comité de traducción formado por 35 académicos y lingüistas, dirigidos por William Duff McHardy5 (esta obra fue publicada por la British and Foreign Bible Society [Sociedad Bíblica Británica y Extranjera] por primera vez en 1973, yo dispongo de la reimpresión del 2000):
“The Word was with God and shared his nature” [La Palabra estaba con Dios y compartía su naturaleza]

Existen muchas otras obras con traducciones diferentes a la tradicional y cercanas o idénticas a la que ofrece la Traducción del Nuevo Mundo (pueden ver algunas en la entrada de este blog titulada: Juan 1:1 en algunas versiones anteriores a la Traducción del Nuevo Mundo).

Claro, muchos pastores y profesores evangélicos fundamentalistas despreciarán las obras que acabo de citar como producidas por “liberales”, teológicamente hablando, y no les darán ningún valor. Bueno, esa actitud es muy discutible, y es un buen tema para otra entrada. Lo curioso del caso es que la inmensa mayoría de los que difaman a los Testigos de Jehová afirmando que la Traducción del Nuevo Mundo es la única que usan porque está alterada para apoyar sus doctrinas, son los mismos que no aceptan otra traducción diferente a la Reina-Valera.

En fin, como podemos ver, la interpretación y traducción de Juan 1:1 que ofrece la Traducción del Nuevo Mundo está avalada por muchísimas otras versiones de la Biblia y especialistas en griego bíblico de confesión evangélica. Sin duda, se trata de una versión erudita, literal, exacta y, sobre todo, valiente.

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1 Enrique Martorell fue predicador de la Iglesia de Cristo y profesor de Antiguo y Nuevo Testamento, especialmente de Griego neotestamentario. 

William Barclay fue pastor de la Iglesia de Escocia (Presbiteriana) en la Trinity Church de Renfrew desde 1933 hasta 1946. Después fue profesor de Nuevo Testamento, Griego Clásico, Teología y Crítica Bíblica en la Universidad de Glasgow, en la que enseñó por unos 28 años. Fue ampliamente reconocido en Gran Bretaña como erudito bíblico por los más de 70 libros que escribió y sus apariciones en programas de radio y televisión. Barclay era un gran helenista, un especialista en el idioma griego antiguo. Y la editorial que le publica en el mundo hispanohablante (la española Clie) es de carácter evangélico ortodoxo.

3 James Bartley es un conocido colaborador de la editorial Mundo Hispano. Pastor y misionero bautista, fue también Director del Seminario Teológico Bautista del Uruguay. Y el Comentario Bíblico Mundo Hispano es un respetado comentario evangélico de la Biblia.

4 Hugo Zorrilla es colombiano, pastor menonita, profesor de Biblia en Costa Rica y California. Participó en el equipo de traducción de la Nueva Versión Internacional. Daniel Chiquete es mexicano, pentecostal, doctor en Teología por la Universidad de Hamburgo. Fue profesor de Teología y Nuevo Testamento en la Universidad Bíblica Latinoamericana.

5 William Duff McHardy (1911-2000). En 1945 fue nombrado profesor de arameo y siríaco en la Universidad de Oxford. En 1948 se trasladó a la Universidad de Londres donde fue nombrado Samuel Davidson Professor de Estudios del Antiguo Testamento. En 1960 aceptó la Catedra Regius de Hebreo en la Universidad de Oxford, desde la que enseñó hasta 1978. Fue uno de los editores de la New English Bible (1970) y director de la revisión de esta, publicada con el nombre de Revised English Bible (1989).

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