Uso del nombre "Jehová" por la jerarquía católica

Generalmente, el nombre español "Jehová", referido al Dios Soberano, se suele asociar en la actualidad con los Testigos de Jehová y ciertas denominaciones evangélicas. Sin embargo, esta forma en castellano del nombre del Dios de la Biblia fue usada durante siglos en toda la Cristiandad; de hecho, hasta fechas relativamente recientes. Veamos un ejemplo.

Juan Straubinger fue un sacerdote católico alemán que a finales de los años 30 del siglo pasado viajó a Argentina donde vivió hasta 1951. En este país efectuó una gran labor bíblica llegando a realizar su propia traducción de la Biblia al español. Fundó una publicación religiosa llamada Revista Bíblica de la que él mismo fue director hasta 1951. Pues bien, en el nº 30, Año VI de esa revista, correspondiente a julio-agosto de 1944, págs. 129-33, se publicó un artículo del Cardenal Faulhaber de Munich, titulado Leyes sociales del Antiguo Testamento. A lo largo de todo este artículo el nombre propio de Dios que se usa en múltiples ocasiones es Jehová. Aquí tienen una imagen como ejemplo, tomada de la pág. 131:



Este dato es relevante, pues es una prueba de que este nombre era plenamente aceptado y usado por el alto clero católico y publicado en una revista católica conservadora como la Revista Bíblica, con Juan Straubinger como director, en una fecha tan reciente como 1944. Entonces... ¿por qué ahora para algunos no es válido?

No se puede argumentar que el Dr. Straubinger no conocía las teorías sobre el origen de la forma Jehová o las alternativas disponibles. Por ejemplo, en un número de la Revista Bíblica de 1941 (nº 14, Año III, noviembre-diciembre de 1941), se usan dos formas del nombre de Dios. En la pág. 238 se usa la forma Yahvéh en la traducción del Salmo 11:




Y en un artículo diferente del mismo número, en la pág. 242, se usa la forma Yahwéh:




Insistimos en que este número de la Revista Bíblica se publicó en 1941, y la versión Nácar-Colunga, que usaba Yave, en 1944. De hecho, Juan Straubinger usó en su traducción de la Biblia al español, publicada completa en 1951, la forma Yahvé. Si él no hubiera considerado válida la forma Jehová, hubiera sido fácil cambiar esta por Yahvé en el artículo del Cardenal Faulhaber. Que no lo hiciera nos permite concluir que respetaba esa forma del nombre de Dios.

Esta y otras pruebas me convencen de que los que se oponen a esta forma del nombre de Dios en español, lo hacen porque es la usada en las publicaciones de los Testigos de Jehová.

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