Juan 20:28 Su significado contextual

Examinemos como traducen Juan 20:28 varias versiones de la Biblia:
La Biblia. Latinoamérica (revisión 2005; LBL): Tomás exclamó: «Tú eres mi Señor y mi Dios.»
Dios Habla Hoy (2002; DHH): Tomás exclamó entonces: ¡Mi Señor y mi Dios!
Nueva Traducción Viviente (2010; NTV):  —¡Mi Señor y mi Dios! —exclamó Tomás.
Nueva Biblia Española (1986; NBE): Reaccionó Tomás diciendo: ¡Señor mío y Dios mío! 
Traducción en lenguaje actual (2002; TLA): Tomás contestó: —¡Tú eres mi dueño y mi Dios! 
Biblia de Jerusalén (1998; BJ98): Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.»
Reina-Valera (1960; RV60): Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!
Traducción del Nuevo Mundo (1987; TNM): En contestación, Tomás le dijo: ¡Mi Señor y mi Dios!”.
La Sagrada Biblia, versión de Guillermo Jünemann (GJ): Respondió Tomás y díjole: «¡El Señor mío y el Dios mío!»

Aunque las versiones que se ofrecen de este versículo son parecidas, vamos a examinarlas y determinar cuál puede ser el
 significado contextual de Juan 20:28.

Esta sería la traducción absolutamente literal, palabra por palabra, desde el griego de 
NA28:


La primera palabra del versículo, ἀπεκρίθη, es la 3ª sing. aor.1 ind. pas. de la voz media del verbo ἀποκρίνω, que en algunos diccionarios se alista por separado como ἀποκρίνομαι. Respecto a los matices de esta forma verbal,
Vine1 explica lo siguiente:
significa bien dar una respuesta a una pregunta (su uso más frecuente) o comenzar a hablar, pero siempre donde ha habido algo que ha precedido a esto, ya sea una afirmación, ya un acto al que se refieren las observaciones que se pronuncian;
También nos ayuda a entender el significado de esta palabra una de las acepciones de este verbo griego del Diccionario del griego bíblico2:
b) decir algo como reacción a lo que acaba de decir otro en un diálogo, decir, contestar, responder
Interesante también el comentario de Vine3 acerca de la construcción de esta frase:
Con respecto a la frase «respondiendo ... dijo», es una peculiaridad bien conocida del estilo de la narrativa hebrea que se introduce un discurso no simplemente con «y Él dijo», sino prefijando: «y respondiendo, dijo» (apokrinomai, con eipon). [...] Que la frase en ocasiones aparece allí donde no ha tenido lugar ninguna pregunta previa (p.ej. Mt 11.25; 17.4; 28.5; Mc 11.14; 12.35; Lc 13.15; 14.3; Jn 5.17,19), ilustra el uso del modismo hebreo.
En Juan 20:27 leemos que Jesucristo se dirige a Tomás diciéndole que traiga su dedo a sus manos y su mano a su costado. Luego le exhorta a no ser incrédulo, sino creyente. Pero aunque Jesús habla a Tomás, en realidad, no le hace ninguna pregunta. 

Por esta razón, es muy descriptiva e interesante la manera como algunas de las versiones mostradas arriba han traducido la palabra ἀπεκρίθη: exclamó (LBL, DHH y NTV) y reaccionó (NBE). Estas versiones, haciendo una traducción por equivalencia dinámica, han transmitido el sentido contextual de la palabra, pues describe una reacción súbita de Tomás, motivada por haber visto y escuchado a Jesús resucitado. 

Como habrán notado, las palabras ὁ κύριός (lit. "el Señor") y ὁ θεός (lit. "el Dios") van en caso nominativo, pero pueden tener valor vocativo, por influencia del hebreo. Los artículos determinados no se han traducido, con la excepción de GJ, que es extremadamente literal. Las palabras de Tomás se colocan entre signos de exclamación (excepto en LBL y BJ98), por las razones explicadas en el párrafo anterior.

Lamentablemente, LBL y TLA insertan injustificadamente en la frase las palabras "Tú eres", que no están en griego, dando al texto un sentido que no tiene en el idioma original. Estas versiones no hacen sino añadir a la traducción del versículo lo que muchos interpretan de este, pues consideran las palabras de Tomás como la mejor prueba de que la Biblia llama "Dios" a Jesucristo. Pero... ¿es así en realidad? Veamos.

Juan 20:28 es uno de los textos bíblicos con un significado ambiguo. ¿Está aquí Tomás confesando a Jesús como Dios Soberano? En un estricto sentido gramatical y semántico, es posible interpretarlo así. Pero, ¿qué es lo que nos indica el contexto?

El contexto no apoya esa interpretación. En Juan 20:17 (11 versículos antes del que estamos estudiando), Jesús le dice a María, según BJ98:
«Deja de tocarme, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.»

Supongamos que entendemos que Tomás reconoce como Dios Todopoderoso a Jesús. Entonces, implícitamente estaríamos reconociendo que Jesús, que es Dios, adora él mismo a su Dios, el mismo al que adoramos los cristianos. Tendríamos entonces a dos Dioses (con mayúscula), uno de los cuales adora al otro. Uno en la tierra y otro en el cielo. Pero esta interpretación sería absurda.

Hay otro punto a tener en cuenta. El evangelio de Juan declara en 1:18 (BJ98):
A Dios nadie le ha visto jamás;
 Y de nuevo en 1 Juan 4:12 se repite esa enseñanza:
A Dios nadie le ha visto nunca.
Sin embargo, Tomás ve a Jesús; si entendiéramos que le está llamando Dios, tendríamos una contradicción. Pero la palabra de Dios no se contradice.

A esto podemos añadir que en Juan 20:31 (BJ98) se explica el motivo por el que se escribió el evangelio según Juan:
Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.
Si el objetivo del evangelio de Juan hubiera sido que creamos que Jesús es el Dios Soberano, en mi humilde opinión, este hubiera sido el lugar idóneo donde confesarlo, proclamarlo, anunciarlo. Pero no, la Escritura dice aquí que la vida la tenemos creyendo que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios (ver 1 Juan 4:15). 

si el contexto no está apoyando que interpretemos que Tomás se dirije a Jesús como Dios Todopoderoso, ¿qué opción nos queda? 

Hay maneras de entender este versículo que están de acuerdo con el contexto bíblico. Veamos algunas de ellas:

Es interesante la explicación que de este versículo hacía Hugues Oltramare4, uno de los exégetas más importantes de la iglesia Reformada suiza en el s. XIX:


Esta es mi traducción al español del comentario de Oltramare:
Juan, xx, 28. Esta es la historia de Tomás incrédulo convirtiéndose en creyente. Él toca las heridas del Salvador y exclama: ¡Mi Señor y mi Dios! — Vean, dicen, que Tomás llama a Jesús su Señor y su Dios, así que es Dios mismo. — Nosotros pensamos que esta interpretación está viciada. En efecto, Tomás se niega a creer las palabras de los discípulos que le dicen haber visto al Salvador: pero él no creerá hasta que lo haya visto con sus propios ojos, y haya tocado las cicatrices. Ocho días después el Salvador se presenta. Le dice a Tomás: Mete aquí tu dedo y mira mis manos; acerca también tu mano y métela en mi costado, y no seas más incrédulo, sino creyente. Tomás respondió y le dijo: ¡Mi Señor y mi Dios! —Nosotros defendemos que estas palabras no son más que una exclamación arrancada por la maravilla de la resurrección de Jesucristo, que es tan grande que hace remontar el sentimiento de Tomás hacia Dios, de quien proviene lo extraordinario, como esas exclamaciones que utilizamos también en nuestra casa: ¡Dios mío! o ¡Señor Dios! También Jesús aprovecha esta expresión del convencimiento en el que se encuentra Tomas, que está viendo delante de él a Jesús, que había sido crucificado y enterrado, para reprocharle amigablemente su dificultad para creer; le dice: Porque has visto, has creído (has creído que yo soy el Señor Jesús que había sido crucificado); felices los que creyeron sin haber visto.

Esta interpretación de Oltramare estaría apoyada por la traducción de la palabra ἀπεκρίθη como exclamó (LBL, DHH y NTV) y reaccionó (NBE).

La obra Análisis gramatical del griego del Nuevo Testamento por Max Zerwick y Mary Grosvenor (Verbo Divino, Estella, 2008; pág. 409) admite como posible esta interpretación:




También se puede entender que esa exclamación está declarando a Jesús como el Mesías (mi Señor) enviado por el Padre (mi Dios). Tomás estaría confesando que reconocía a Jesús como el Mesías, a quien Dios había resucitado, de acuerdo a las enseñanzas que habían estado recibiendo de Jesús. Por ejemplo Lucas 9:20-22 (Biblia de Jerusalén, versión on-line de 2009):
Les preguntó: «Pero vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.» Entonces les ordenó enérgicamente que no dijeran esto a nadie. Les dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; lo matarán y resucitará al tercer día.»

También es posible que Tomás se dirigiera a Jesús como “mi Dios” en el sentido de que fuese “un dios”, aunque no el Dios Todopoderoso ni “el único Dios verdadero”, a quien Jesús dirigía sus oraciones, las cuales Tomás había oído a menudo (ver Juan 17:1-3 y la entrada de este blog titulada: Juan 1:1 ¿Es politeísmo traducir “la Palabra era un dios”?). Recordemos que el texto griego de los manuscritos más antiguos no hacía diferencia entre mayúsculas y minúsculas.


O quizás se dirigió a Jesús como “mi Dios” de un modo similar a algunos ejemplos que encontramos en el AT. En algunas ocasiones, cuando un mensajero angélico de Jehová visitaba o se dirigía a una persona, dicha persona, o a veces el propio escritor bíblico, respondía a ese mensajero o hablaba de él como si se tratase de Jehová Dios (ver Génesis 16:7-11, 13; 18:1-5, 22-33; 32:24-30; Jueces 6:11-15; 13:20-22). Esto se debía a que el mensajero angélico actuaba como representante de Jehová, hablaba en su nombre y quizás hasta empleaba el pronombre en primera persona del singular y decía: “Yo soy el Dios verdadero” (Génesis 31:11-13; Jueces 2:1-5). Por consiguiente, Tomás pudo llamar a Jesús “mi Dios” en este sentido, en reconocimiento o confesión de Jesús como el representante y portavoz del Dios verdadero.

Para concluir: sea cual sea el significado que demos a Juan 20:28, debe estar de acuerdo con la declaración expresa que Tomás mismo había oído de boca de Jesús, a saber: "el Padre es más grande que yo" (Juan 14:28 BJ98).

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1 Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (Caribe, 1999, 4ª reimpresión 5/2001), pág. 779 del diccionario de griego de W. E. Vine.


Diccionario del griego bíblico. Setenta y Nuevo Testamento por Amador Ángel García Santos (Verbo Divino, Estella, 2011, pág. 103).


Diccionario expositivo... pág. 241, 1ª columna, en la explicación de lego.

4 Instruction Évangélique Sur Trois Questions: Qui Est Jésus-Christ? Qu'est-il Venu Faire? Que Faire Pour Être Sauvé?
(Paris y Genéve, 1845, págs. 27 y 28)

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