En la entrada anterior comprobamos que había diferencias en la traducción de Salmo 8:5 entre varias versiones de la Biblia. Nos propusimos responder a las siguientes preguntas:
¿Cuál sería la traducción más fiel?
¿Cómo debemos entender este pasaje bíblico?
Comencemos examinando la traducción interlineal desde el hebreo al español que ofrece el Interlineal inverso del Antiguo Testamento — español-hebreo (RV 1960) (Editorial Logos Research Systems, Inc., 2007):
Vemos que la palabra clave para entender este versículo es la palabra ʾělō∙hîm. ¿Qué significa este sustantivo? Veamos la definición del Diccionario de idiomas bíblicos: hebreo de James Swanson (Lexham Press, Bellingham, 2014):
Aprendamos algo más acerca de esta palabra en el siguiente fragmento de la definición que ofrece el Diccionario bíblico hebreo-español de Luis Alonso Schökel (Editorial Trotta, Madrid, 2ª edición 1999; pág. 66):
Bajo otro epígrafe de este diccionario (pág. 443, 2ª columna) encontramos la traducción ofrecida por Luis Alonso Schökel de la frase que analizamos:
Como podemos comprobar, la palabra hebrea ʾělō∙hîm tiene varias acepciones, dependiendo del contexto en el que se use. Puede referirse al Dios Soberano Jehová, a dioses falsos, a los seres divinos creados por Dios que en nuestra cultura llamamos ángeles, a jueces humanos, etc. ¿Cuál sería el significado más adecuado en el contexto que estamos analizando? A este respecto es muy interesante la explicación que da La Sagrada Escritura. Texto y comentario por profesores de la Compañía de Jesús. Antiguo Testamento, Tomo IV. Los Salmos y los Libros Salomónicos (BAC, Madrid, 1969). Primero colocaremos la traducción de este versículo de esta obra y luego el comentario que ofrece:
En ambos comentarios se nos indica que no sería correcto verter en este versículo "Dios" dado que es precisamente a este al que el salmista dirige su canción. La mejor opción sería traducir "seres divinos", "seres celestiales" o, muy literalmente, "dioses". Por el contexto sabemos que estos seres celestiales son los ángeles, como trasladaron la Versión de los Setenta o Septuaginta y la Vulgata de Jerónimo. Ahora bien, en este caso la opción "ángeles" no es literal sino por equivalencia funcional o dinámica, dado que la palabra de la Biblia hebrea que se traduce "ángel" es mal’akh (מַלְאַךְ en hebreo, mensajero). Pablo cita Salmo 8:5 [8:6 LXX] en Hebreos 2:7, 9 desde la Septuaginta donde aparece la palabra griega ἀγγέλους (acusativo plural del sustantivo ἄγγελος [ángel]), en las siguientes frases referidas a Jesucristo: "lo hiciste un poco inferior a los ángeles" y "fue hecho un poco inferior a los ángeles". De esta manera, la propia Biblia establece quienes son los ʾělō∙hîm, los seres divinos o dioses, que menciona el Salmo 8:5.
De paso podemos comprobar que aunque la versión Reina-Valera Gómez presume de ser muy literal, en este caso sigue a la Septuaginta, traduciendo ʾělō∙hîm, que literalmente significa "seres divinos" o "dioses", por "ángeles".
También podemos constatar que la Biblia llama "dioses" o "seres divinos" (ʾělō∙hîm) a los seres celestiales creados por Dios que conocemos como ángeles. Por supuesto, los cristianos no adoramos a estos seres creados, sino solamente al Señor Soberano Jehová. Asimismo aprendemos que aunque Dios no le dio al ser humano el mismo poder, inteligencia y capacidad que a los ángeles, solo lo hizo “un poco inferior” a estos seres espirituales tan poderosos. Y ha dado el dominio al hombre sobre la creación en la Tierra.
Por otra parte, de esta información aprendemos que es bíblicamente correcto afirmar que Jesucristo era "un dios", "un ser divino", antes de venir a la Tierra como humano. Es decir, era un ser divino, un ser celestial o espiritual creado por Dios. En su caso el ser celestial más elevado, pues era el Hijo Unigénito y Primogénito de Jehová, su primera creación y la única realizada directamente por Dios.
En relación con esta cuestión es muy interesante la traducción de Salmo 8:5 [8:6 en esta edición] que ofrece la obra El libro de los Salmos por Ángel González (Editorial Herder, Barcelona, 1966). Este autor explica lo siguiente en su comentario:
Así, como podemos notar, aunque para el autor de esta obra ʾělō∙hîm se refiere a Dios (con mayúscula) en este texto, en su traducción ofrece la lectura "ser divino":
Es muy interesante que Hebreos 2:5-9 aplique Salmo 8:4-6 a Jesucristo, ¿verdad?
Pueden ver más información sobre esta cuestión en la entrada de este blog con el título:
Juan 1:1 ¿Es politeísmo traducir “la Palabra era un dios”?
También les dejo el enlace de la entrada anterior:
(1ª Parte) Salmo 8:5 ¿"Dios", "seres divinos" o "ángeles"?