Sin embargo, como veremos, este verbo ha ido cambiado el significado de su primera acepción a lo largo de los años.
Examinemos cómo lo usó Casiodoro de Reina en Mateo 18:26 en la Biblia del Oso, publicada en Basilea en 1569:
En este pasaje, la palabra española "adorábalo" (ortografía actualizada) está traducida del verbo griego προσκυνέω (proskyneō). En esta parábola del Evangelio según Mateo, Casiodoro de Reina usó el verbo adorar para referirse al gesto de reverencia y súplica de un siervo ante su rey. Por muchos años las sucesivas revisiones de la Biblia del Oso continuaron usando adorar en este versículo. Así, veamos como vierte Mateo 18:26 una edición de Reina-Valera publicada por las Sociedades Bíblicas Unidas en una fecha tan reciente como 1953:
Que esta postura del siervo ante su rey no implicaba "adorarlo" como a Dios, lo indica el hecho de que la revisión de Reina-Valera publicada en 1960 (RV60) sustituyó en este y otros pasajes el verbo adorar por suplicar o postrarse. Podemos comprobarlo leyendo Mateo 18:26 en RV60:
Este proceso de cambio en el significado de adorar también se puede apreciar al comparar la definición de esta palabra en varios diccionarios a lo largo de los años. Comencemos examinando las acepciones que ofrece de la palabra latina adorāre (de la que deriva la española adorar) el Diccionario por raíces del latín y de las voces derivadas del Dr. Santiago Segura Munguía (Universidad de Deusto, Bilbao, 2006), probablemente el mejor diccionario académico latín-castellano disponible:
Podemos notar en esta definición varias acepciones y significados contextuales. Por ejemplo suplicar, mostrar respeto, o también la palabra española venerar que, según el DLE, significa:
Así definía el verbo español adorar el Diccionario de la lengua castellana por la Real Academia Española publicado en Madrid en 1726:
La primera acepción que presenta este diccionario es "reverenciar con sumo honor, ó venerar", un sentido que se adapta perfectamente al uso de adorar que hicieron Casiodoro de Reina y sus revisores en Mateo 18:26; 8:2; 9:18; 15:25; 20:20 y otros lugares de los evangelios.
Esta es la definición de adorar que ofreció la 12ª edición del Diccionario de la lengua castellana por la Real Academia Española, publicada en Madrid en 1884:
Y esta es la definición de adorar que ofrecía la 17ª edición del mismo diccionario de la Real Academia Española, publicada también en Madrid en 1947:
No hace falta ser filólogo para notar que la primera acepción de adorar, que en el diccionario publicado en 1726 era "reverenciar con sumo honor, ó venerar", ha ido limitándose con el tiempo. Probablemente debido al uso popular de la palabra, ha ido modificándose el sentido de este vocablo desde la reverencia u honor que se podía dar a cualquier persona, a la reverencia o veneración hacia un ser de "naturaleza divina" o "divino". Esto explica el uso que del verbo adorar hicieron Casiodoro de Reina, Cipriano de Valera y las antiguas revisiones de Reina-Valera en determinados contextos, en los que más tarde RV60 usó suplicar o postrarse. Hemos podido comprobar arriba que hasta en una edición de Reina-Valera publicada en 1953 todavía se conservaba el significado antiguo de adorar.
Esta evolución en el significado popular del verbo adorar es muy probable que también sea la razón del cambio de este verbo por rendir homenaje en Hebreos 1:6, entre las ediciones de 1963 y 1967 y la de 1987 de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. Es interesante señalar que esta última revisión aún conserva el verbo adorar como alternativa de traducción en una nota de este pasaje, obviamente con el sentido de "reverenciar con sumo honor, o venerar":